Allí estábamos él y yo, los dos solos, él estaba muy serio, estaba nervioso, se le notaba. Y entonces se paro.
-Tengo algo que confesarte-dijo muy serio, y temblandole la voz
-Dime...
-No te enfades por favor, esto va a ser duro...-no dije nada, me quedé callada, mirándolo fijamente a los ojos, él me quitaba la mirada, y yo no entendía nada, entonces me cogió la mano
-¿Piensas decírmelo o me vas a esperar que me de un ataque al corazón?- Le dije enfadada
-Si... pero tranquilizate un poco antes
-Dímelo por favor- me volvió a coger de las manos y mirándome a los ojos me dijo
-TE QUIERO CIELO, TE QUIERO MÁS QUE A NADA EN MI VIDA, Y TE NECESITO SIEMPRE.
-TONTO!!- le grité mientras le pegaba un empujón
-¿Te digo eso y me pegas?
-Te pego porque me has hecho pasar un mal rato, me habías dicho que iba a ser duro
-Es duro, nunca le había dicho a nadie esto.
-Bueno.... yo también te quiero
-Ya, me lo has demostrado
-Te quiero tonto- le dije mientras me acercaba para besarle.
 

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