Cuando hablo con gente y le cuento que voy a entrenar gimnasia rítmica me han dicho innumerables cosas, unas de ellas:

 
1. ¿Eso es muy difícil, no?
2. Eso no es un deporte
3. Wow, que bonito
4. Eso no es útil para la vida
 
Yo simplemente dejo pasar las cosas negativas, algunas personas me felicitan e incluso me admiran por estar en un deporte tan duro y eso me demuestra que hay que tener pasión por lo que hace. Casi todo el tiempo estoy hablando de la gimnasia rítmica, me acuerdo de todas las tablas que he hecho  y siempre que salgo de casa las tengo en mis oídos porque mi sueño es ser como las grandes algún día. Pero no todo es bonito en este deporte, cuando tus padres no te apoyan. No me gusta hablar mucho de mi familia, pero lastimosamente ellos consideran que la gimnasia rítmica es una pérdida de tiempo que no es útil para la vida. A veces quisiera que mis padres no fueran tan cerrados, que pensaran que la gimnasia rítmica es algo que llevo dentro, que adoro y que espero nunca dejar. Al menos experiencias como ésta me enseñan que siempre hay que perseguir tus sueños y luchar por lo que te guste, por muy dificil que sea conseguirlo...

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